World Vision y su Rol Para Mejorar la Vida de Las y Los Trabajadores
La tierra sigue siendo un lugar muy injusto para muchos. No es ninguna novedad que hay millones de personas viviendo en condiciones vulnerables, sin posibilidad de cubrir sus necesidades básicas o lograr su pleno desarrollo.
Las brechas de desigualdad se han vuelto cada vez más difíciles de cerrar, pero un mundo así no debe ni puede continuar. Todas las personas merecen una oportunidad y, para ello, se necesita una transformación humana que mejore las condiciones de vida.
Algunos considerarán que esto es una utopía, pero para otros es una meta por la que hay que luchar. Este es el caso de World Vision, una organización humanitaria inspirada en valores cristianos que se fundó en 1950 y que trabaja en más de cien países alrededor del mundo con el objetivo de trabajar en conjunto con las niñas, niños, adolescentes, sus familias y sus comunidades para alcanzar su máximo potencial al abordar las causas de la pobreza y la injusticia.
Especialmente, la organización ha enfocado sus esfuerzos para que las niñas, niños y adolescentes vivan libres de pobreza, en comunidades sustentables y estén tiernamente protegidos.
“Queremos cumplir con una promesa que la institución se ha planteado y que es hacer posible que cada niña y niño viva una vida en toda su plenitud”, señaló Roberto García, gerente de proyecto de Senderos de World Vision México.
En México la organización comenzó sus operaciones hace 39 años, desde entonces trabaja en los municipios más vulnerables del país mediante una estrategia de trabajo territorial en colaboración estrecha con las autoridades gubernamentales, líderes comunitarios, organizaciones locales, escuelas e iglesias.
La meta es mejorar la vida de las y los trabajadores
Senderos es un proyecto que busca fortalecer y mejorar la implementación de las leyes laborales en el sector agrícola, específicamente en los estados de Jalisco y Nayarit.
Para lograr su cometido invitó a sumarse a World Vision por su experiencia desarrollando modelos de trabajo para prevenir y erradicar el trabajo infantil y fomentar los derechos laborales en campos agrícolas. Roberto expuso que para ellos ha sido una gran oportunidad, ya que es la primera vez que laboran en estas regiones “aunque sí tenemos experiencia previa en este sector el proyecto exige respuestas muy puntuales y debemos hacer los ajustes necesarios que se adapten al contexto actual”, mencionó.
Dentro del proyecto, su rol es ser responsable de sensibilizar y capacitar sobre los derechos laborales, la seguridad y salud en el trabajo, la prevención de trabajo infantil y trabajo forzoso en el sector de caña de azúcar.
Actualmente, este sector es estratégico y relevante, sobre todo porque México es el sexto productor de azúcar en el mundo y ofrece fuentes de trabajo a un número importante de personas; pero también es uno de los sectores prioritarios por el intercambio comercial que mantiene con Estados Unidos en el marco del T-MEC y representar una oportunidad para fortalecer a otras cadenas y sectores dentro del campo mexicano.
Su cometido ha implicado construir alianzas con el sector público y privado para generar políticas públicas y consolidar acciones de corresponsabilidad que logren resultados concretos, respetando a aquellos que contratan como a los que trabajan.
Lograr la meta significaría mejorar las condiciones de trabajo de miles de personas en el campo mexicano, pero el camino no es fácil. Roberto señaló que se tendrán que afrontar muchos desafíos: “No podemos perder de vista el contexto mundial actual de la pandemia para la operación del proyecto; especialmente, si consideramos que la agricultura, es decir, la producción de alimentos no ha parado.
El gran reto es generar políticas o lineamientos que, sin detener la actividad económica, provean seguridad a las personas que trabajan en el campo”, puntualizó Roberto García.
Sin duda, hoy más que nunca, un proyecto como Senderos es más que pertinente.
World Vision and Its Role in Improving Workers’ Lives
Our planet is still a very unfair place for many. It is no news that there are millions of people living in vulnerable conditions, unable to meet their basic needs or achieve their full development.
Inequality gaps have become difficult to close, but such a world should not and cannot continue. Everyone deserves a chance, and this requires a human transformation to improve living conditions.
Some may consider this a utopia, but for others, it is a goal to strive for. This is World Vision’s case, a humanitarian organization inspired by Christian values founded in 1950 and that has worked in over one hundred countries worldwide, intending to work together with children, adolescents, their families, and their communities to reach their full potential by addressing the causes of poverty and injustice.
In particular, the organization has focused its efforts on ensuring that children and adolescents live free from poverty, in sustainable communities, and are protected.
“We want to fulfill a promise that the institution has set itself, which is to make it possible for every child to live a life to the fullest,” Roberto García, World Vision’s Senderos project manager, noted.
In Mexico, the organization began operations 39 years ago. Since then, it has been working in the country’s most vulnerable municipalities through a strategy of territorial work in close collaboration with government authorities, community leaders, local organizations, schools, and churches.
The goal is to improve the lives of the workers
Senderos is a project that seeks to strengthen and improve the implementation of labor laws in the agricultural sector in the estates of Jalisco and Nayarit.
To achieve its mission, Roberto invited World Vision to join the project because of its experience developing work models to prevent and eradicate child labor and promote labor rights in agricultural fields. He explained that this has been an excellent opportunity for them since it was the first time they had worked in these regions. “Although we have previous experience in this sector, the project requires precise responses, and we must make the adjustments to adapt to the current context,” he said.
For now, his role is to raise awareness and training on labor rights, occupational health and safety, prevention of child labor, and forced labor in the sugarcane sector.
Currently, this sector is strategic and relevant, especially since Mexico is the sixth largest sugar producer globally and provides jobs for a significant number of people. However, it is also one of the priority sectors due to the commercial exchange it maintains with the United States within the framework of the USMCA and represents an opportunity to strengthen other chains and sectors within the Mexican field.
Their task has involved building alliances with the public and private sectors to generate public policies and merge co-responsibility actions that achieve concrete results, respecting those who hire and those who work.
Achieving the goal would mean improving the working conditions of thousands of people in the Mexican countryside, but the road is difficult. Roberto pointed out that many challenges will have to be faced: “We cannot lose sight of the current global context of the pandemic for the operation of the project; especially if we consider that agriculture, in other words, food production, has not stopped. The significant challenge is to generate policies or guidelines that, without stopping economic activity, provide security for the people who work in the fields,” Roberto García added.
Undoubtedly, today more than ever, a project such as Senderos is more relevant than ever.